martes, 18 de mayo de 2010
Equipo A, equipo B
Los entrenadores de los equipos de fútbol de alto nivel que juegan en varias competiciones a veces optan por sacar una alienación de suplentes en la competición de menor rango.
Es comprensible, al fin y al cabo en una plantilla de 20 o 22 futbolistas hay que mantenerlos a todos motivados por el bien colectivo, además del riesgo de lesiones, el cansancio mental y físico...
Ahora bien, a veces pasa que el equipo B la caga estrepitosamente: un Alcorcón de la vida llega y te mete 4 goles, dejándote en absoluto ridículo.
¿Qué hace entonces el entrenador en el partido de vuelta? Pues casi siempre recurre al equipo A para intentar remediar el desastre.
Me parece un error garrafal: sea usted coherente con su apuesta inicial, tenga un par de huevos, mantenga la confianza en sus no titulares, déles la oportunidad de arreglar el desaguisado que armaron.
De lo contrario, parece que les está diciendo: “Os di una oportunidad, la desperdiciasteis. Me habéis fallado, volvéis al banquillo. El domingo jugarán otra vez los de siempre, los buenos”. A saber cuando les volverá a tocar a los B.
No, no me parece una buena técnica de motivación.
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