martes, 1 de marzo de 2011
Jerga directiva
No voy a muchas reuniones de directivos. Pero a veces voy a alguna, o los veo cuando se juntan, o escucho a algún jefe, jefecillo o jefazo hablar por teléfono. Y a menudo me llama la atención una cosa: el lenguaje tan soez que utilizan.
Parece que para demostrar lo mucho que sabes de mercados y negocios es obligatorio hablar con tacos, palabrotas y expresiones malsonantes: “Macho”, “hostia”, “la polla”, “cojones”, etc. Así das una impresión como de suficiencia, de perdonavidas, de “esto lo tengo yo controlado”, y también de colegueo, de camaradería, un reconocimiento o identificación de igual a igual, entre tipos que ganan 5.000 euros al mes y hablan como quinquis que van a comprar su dosis de caballo en una kunda.
Igual es por eso que todavía hay pocas mujeres directivas: debe ser que su vocabulario no es lo bastante chabacano.
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