viernes, 26 de marzo de 2010
Esa sonrisilla
Hoy he visto a una grúa llevarse un coche aparcado en segunda fila. Había por lo menos (pasé rápido y no me paré a mirar mucho) tres personas contemplando la escena con cierto gesto de satisfacción.
Como cuenta Javier Cercas en su magnífico “La velocidad de la luz”, cuando le sucede una desgracia a alguien que conocemos sentimos dolor, compasión, solidaridad… Lógico y humano.
Pero en el fondo, lo reconozcamos o no, también sentimos alivio, incluso si la desgracia le ha tocado a un familiar o un amigo muy cercano, por la sencilla razón de que le ha tocado a otro y no a nosotros.
Supongo que eso también es humano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario