miércoles, 24 de marzo de 2010

Los pequeños Bonapartes


Algo tiene que tener el poder, que a tanta gente le atrae ejercerlo.

Aunque sólo sea en mínimas dosis:

el empleado que atiende en una ventanilla, y fastidia en lo posible al cliente en lugar de ayudarle.

el conductor de autobús que te ve esprintar 50 metros, y arranca dándote con la puerta en las narices.

el oficinista de medio pelo que tiene a su cargo a un becario, y le deja salir a tomar el café de las 11 como si concediera la última voluntad al reo a punto de ser fusilado.

Los pequeños Bonapartes:

tiranuelos de bolsillo, dictadorcillos de salón.

Impositores de sus mezquinas voluntades,

mangonean donde no les corresponde

esgrimiendo su frase favorita:

“Como quieras”

(imperativo disfrazado de atención: “No, como quiero yo no, como quieres tú, bastardo”).

Si te topas con uno de ellos…

Waterlooooooooooooooo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario